El primer paso es realizar una entrevista al cliente donde se le pedirán datos sobre dolencias musculares, preferencias de firmeza en el colchón y hábitos de descanso. Datos necesarios para hacer una pre-selección de los colchones.

Tras la entrevista, extenderemos sobre cada colchón que se haya seleccionado la manta-escáner con más de 1.800 puntos de medición de la presión, para recopilar toda la información sobre de los puntos de presión que ejerce el cuerpo al colchón testeado en diferentes posturas.

Se probarán en el durmiente tumbado boca arriba y de lado. El sistema de Somnolax nos proporcionará un mapa de presiones a color, con las lecturas de todos esos puntos indicando cuáles son los puntos críticos que necesitan un mayor alivio de la presión.

Tras la prueba, tendremos los resultados sobre el usuario evaluado. Se representa en una nota numérica de ese colchón que ha sido probado, de forma que con esta puntuación, tanto el durmiente como el asesor del descanso, podrán comparar los diferentes colchones testados que puedan gustar al cliente.

Al finalizar la prueba, y con todos los resultados, un asesor especializado en descanso le ayudará a elegir el colchón que más se ajuste en base a sus necesidades particulares.